X, una de las películas de terror…
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El género slasher es un tipo logró una gran popularidad dentro del terror a principios de los años 80. El estreno en 1978 de La Noche de Halloween fue el punto de partida para un género que, durante algo menos de una década, dominó no solo las taquillas, sino también los estantes de aquellos videoclubs que hoy nos parecen antediluvianos. Aquellas producciones eran baratas y obtenían grandes beneficios al ser exhibidas. Tanto es así que algunas de ellas todavía siguen siendo consideradas hoy día entre las producciones más rentables de la historia del cine. El género slasher tuvo su ascenso y caída, para resurgir, al menos momentáneamente, a finales de los 90 gracias sobre todo al éxito de Scream. Aquella película era todo un ejercicio de metaficción, donde los personajes, autoconscientes de los tópicos del cine de terror, bromeaban sobre ellos ante el espectador. Precisamente este año se estrenó la quinta entrega de Scream, en la que su protagonista llegaba a discutir con el asesino acerca del terror que se hace en el cine actualmente.
En estos últimos años se ha puesto de moda el término “terror elevado” para referirse a un tipo de película que profundiza en el drama y en los personajes. Sería, de hecho, todo lo contrario al género slasher, donde lo importante son las víctimas, la muerte, la sangre, donde el asesino es un monstruo imparable. Como ejemplo, la protagonista de Scream aludía a Hereditary como gran cinta de terror elevado, menospreciando las otras producciones por ser simples y repetitivas. Da la casualidad de que Hereditary fue producida y lanzada por A24, una empresa independiente que ha logrado mucha repercusión en los últimos tiempos gracias a estos filmes sesudos. A24 es también la productora de X, una película estrenada igualmente este año y que intenta dar una vuelta de tuerca al género slasher y de terror rural. Para más coincidencia, la actriz que tenía aquella discusión con el asesino en Scream es la misma que protagoniza este filme, Jenna Ortega. El terror, desde luego, tiene muchas formas, y con X se ha encontrado una de las más interesantes.