Sexo con amor, una película muy polémica
| Cine diciembre 16, 2021 |
El cine chileno está de moda, gracias a directores como Pablo Larraín, que están llevando nuestras películas a una nueva dimensión internacional y demostrando que acá se hace muy bien cine. No es algo nuevo, desde luego, pero es cierto que la industria chilena ha tardado un poco en despegar. Los más talentosos directores y actores solían marcharse a otros países en busca de mayor fortuna, o acababan conformándose con la vida relajada en la televisión. Las apuestas arriesgadas obtenían aplausos fuera de nuestras fronteras, pero poco interés en la propia Chile. Las cosas, por fortuna, están empezando a cambiar poco a poco, y buena cuenta de ello da el propio éxito de Larraín. Es el más destacado, pero no el único, porque Chile está lle4na de talento cinematográfico y películas que han logrado encandilar al público internacional. Del drama a la comedia, pasando por el terror e incluso la ciencia ficción, las apuestas del cine chileno son cada vez más interesantes.
Nosotros vamos a centrarnos hoy en una película que está a punto de cumplir dos décadas, pero sigue tan viva como el día en que se estrenó. Cuando Sexo con Amor vio la luz, muchos pensaron que sería otra comedia al uso, cuando en realidad estaba a punto de marcar un hito. Con un reparto bien escogido y un guión ágil y divertido, Sexo con Amor se convirtió en todo un éxito en cartelera, que llegó incluso a traspasar las fronteras chilenas. Solo en el país la vieron casi un millón de personas, lo que le dio el puesto de película chilena más vista hasta que fue superada ya en 2012. Todo un hito para una comedia de enredos sexuales que venía a demostrar que se podían hacer las cosas de otra manera diferente y aun así, salir bien parados. Que los tabúes estaban para romperlos, y los prejuicios y clichés podían saltar por los aires cuando tenías una buena historia y unos buenos personajes entre manos. De ahí el éxito tan espectacular que todavía hoy sigue teniendo su eco en la producción chilena.
Producción de la película
La película fue dirigida por Boris Quercía, que ya había destacado como actor y autor teatral. La película tiene ese brío salvaje de comentarios y diálogos intensos, con un ritmo muy rápido, típico del teatro. Quercía se ocupó también del guión de este trabajo, que no era el primero, aunque si su debut en la dirección. Para el reparto escogió a caras conocidas del cine chileno, como Patricio Contreras, Sigrid Alegria o Álvaro Rudolphy. Actores que supieron encajar perfectamente en sus personajes y que a pesar de no ser grandes estrellas, crearon una película inolvidable. De hecho, para muchos de ellos fue el comienzo de una verdadera carrera a nivel nacional, gracias a la fama adquirida por esta producción. Se estrenó en 2003, primero en Chile y luego en otros países de Sudamérica y el resto del mundo.
Tres historias sexuales cruzadas
La película nos cuenta la historia de Luisa, una profesora que reúne a los padres y apoderados de sus alumnos para ver cómo van a tratar el tema de la educación sexual. De esta forma vemos que hay opiniones encontradas, algo muy habitual en cualquier reunión de este tipo, pero conocemos más a fondo las historias de los principales implicados. Luisa, por ejemplo, está teniendo un romance muy intenso con Jorge, algo que tienen que llevar en secreto, al ser él uno de los apoderados. Otra de las historias se centra en Álvaro, un mujeriego que sigue teniendo varias amantes a pesar de estar casado y esperar su segundo hijo. Este empresario parece poder seguir siendo un padre y esposo amoroso, aun engañando a su mujer.
La última historia nos presenta a Macarena y Emilio. Una pareja normal y corriente que está pasando por un bache en la relación, ya que ella ha desarrollado una gran aversión al sexo. De hecho, esto le impide tener relaciones completas con su marido, ya que la penetración la asusta demasiado. Emilio se muestra frustrado por esta imposición y piensa que su mujer lo está exagerando todo porque ya no quiere estar con él. Las relaciones entre las parejas y los demás personajes se van fundiendo y desenlazándose, hasta hacer de esta comedia coral una auténtica revisión, en su momento, de lo que suponía el matrimonio cuando ya te acercas a la cuarentena.
Explícitas escenas de cama
La película contiene escenas bastante explícitas de desnudos y relaciones sexuales, ya que este es uno de los temas principales de la historia. La forma en la que los personajes tienen sexo, o como afrontan esos encuentros, es de vital importancia para la trama, así que estas escenas están totalmente justificadas. De hecho, podemos ver diferentes escenas de este tipo, todas muy morbosas, con varios protagonistas. Desde Álvaro, el mujeriego que se lo hace con su propia secretaria, todo un cliché que aquí resulta aun más divertido, hasta Jorge y Luisa teniendo sexo a escondidas y explorando sus propios deseos.
Sin embargo, seguramente la escena que más dio que hablar fue la que tuvo lugar entre un tío y sobrina, la hija de su cuñada en este caso, que estaba pasando unos días en la casa. La chica, una joven muy morbosa, parecía estar especialmente interesada en su tío, y en una escena donde ella pone la lavadora y se restriega contra él, la situación pasa a mayores. El hombre comienza a desnudarla y a disfrutar de sus curvas, y no tarda también en desnudarse él mismo. Subidos sobre una lavadora, ambos empiezan a tener relaciones, de una forma intensa pero a la vez cómica.
Todo un éxito en taquilla
La película se convirtió en un verdadero éxito de taquilla en su momento. En aquel 2003 fue la película chilena más vista, logrando alzarse incluso por encima de otras muchas producciones. Ese título, el de la película chilena con más espectadores, casi un millón, le duró hasta 2012. El éxito en público también se tradujo en la crítica, ya que los medios auparon a la comedia como una de las mejores rodadas en Chile en mucho tiempo. Consiguió diferentes premios tanto nacionales como internacionales, y hoy por hoy sigue siendo una película bastante bien recibida tanto dentro como fuera de Chile. Y es que el sexo vende, sobre todo si viene acompañado de un poco de comedia.